Eso es ficción! 

Un perro con otitis externa, o una infección del oído, sacudirá la cabeza, se rascará o se frotará las orejas. Sus oídos pueden tener un mal olor, y especialmente si hay una infección por hongos. Las orejas aparecen inflamadas y la piel puede engrosarse en respuesta. Si no se trata la otitis externa, la inflamación puede progresar y volverse aún más dolorosa. La infección puede extenderse al oído medio y potencialmente provocar pérdida de audición y signos neurológicos. 

La otitis externa se diagnostica mediante un examen veterinario del oído. El veterinario usará un instrumento especial llamado otoscopio que ayuda a visualizar el canal auditivo a través del aumento. El veterinario también puede tomar muestras de la secreción del oído para un examen microscópico, para determinar si hay parásitos, bacterias y / o levaduras presentes. El examen microscópico ayuda a determinar la medicación adecuada para el tratamiento. A veces, las infecciones del oído pueden ser obstinadas y requieren más de una visita para tratar el problema adecuadamente. Las infecciones del oído son comúnmente secundarias a una alergia subyacente, así que asegúrese de decirle a su veterinario si su perro tiene picazón o tiene otros síntomas en la piel.

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